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Las categorías gramaticales

De Wikillerato

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DETERMINANTE Un determinante es morfema que, siendo adyacente un sintagma nominal, forma con él un sintagma

determinante cumpliendo la función de especializarlo o cuantificarlo. Existen fundamentalmente cuatro tipos:

predeterminantes, actualizadores (artículo, posesivo, demostrativo, ...), cuantificadores e interrogativo-

exclamativos.

Algunos determinantes pueden posponerse, pero entonces cabe llamarles más bien adjetivos

determinativos: "El libro ese". Los determinantes se utilizan para señalar el objeto al que se refieren y

delimitar su significado.

Los determinantes son unidades gramaticales que permiten o bien limitar el referente potencial de un

sintagma nominal (SN), o bien cuantificar este SN. pueden dividirse estos en tres tipos, actualizadores, cuantificadores e interrogativos.

Los actualizadores presentan al sustantivo, núcleo del sintagma nominal, y lo ubican en el espacio y en el

tiempo. Los cuantificadores, por el contrario, miden al sustantivo núcleo del sintagma nominal. Los

interrogativos preguntan por el núcleo del sintagma nominal. Los actualizadores son cuatro: el predeterminante todo-a-s, que puede preceder a los demás determinantes y delimita la integridad del

sustantivo núcleo del sintagma nominal; el artículo, que presenta al sustantivo en un espacio y un tiempo concreto (el, la, lo, los, las); el posesivo, que señala la pertenencia del sustantivo a un elemento de la situación o contexto (mi, tu, su,

nuestro, vuestro y sus femeninos y plurales), así como cuyo-a-s, que también funciona como pronombre

relativo, y el demostrativo, que sitúa al sustantivo en un lugar más o menos próximo o lejano (este, ese, aquel y sus

femeninos y plurales)-

SUSTANTIVO Los sustantivos son palabras cuyos referentes son clases de entidades fijas (a diferencia de los pronombres

cuyos referentes son contextuales), no estados de hechos o relaciones gramaticales. Los pronombres

personales en cada contexto tienen un referente pero este cambia de contexto a contexto ("yo" no tiene

referente fijo sino que depende de quien habla), por su parte los verbos designan estados de hechos,

procesos o relaciones entre entidades, mientras que las preposiciones generalmente indican relaciones

abstractas. Sintácticamente los sustantivos funcionan como núcleos de sintagma nominal, es decir, como

argumentos del verbo o complementos del nombre.

En español, al igual que en las demás lenguas romances, los sustantivos son variables en género y número,

aunque en otras lenguas como el chino los sustantivos son invariantes. La mayoría de las lenguas conocidas

distinguen sistemáticamente entre sustantivos y verbos, teniendo propiedades formales diferentes. Sin

embargo, esta distinción tampoco es universal, ya que algunas lenguas como el náhuatl o lenguas salish

como el lummi o el kalispel no parecen distinguir consistentemente entre ambas categorías y las formas que

funcionan como sustantivo también aceptan flexión verbal.


                   pronominal Función
                                                       determinante 

Personal (1ª/2ª) yo yo desayuno Personal (3ª) / Artículo agárrala agarra la silla Posesivo Éste es mío Éste es mi lápiz Demostrativo Quiero éste Quiero este lápiz Indefinido ¿Has visto alguno? ¿Has visto algún pez? Interrogativo ¿Quién fue? ¿Qué persona?

PRONOMBRE Técnicamente, un pronombre o ,elemento pronominal, al igual que un elemento anafórico, es una palabra

cuyo referente depende del contexto lingüístico, al carecer de significado léxico. La diferencia entre las

anáforas y los pronombres es que las primeras requieren un antecedente en su dominio sintáctico local, que

lo «rija» propiamente de acuerdo con la teoría de rección y ligamiento dentro del marco generativista. Los

pronombres por el contrario no requieren la presencia de un antecedente sintáctico, aunque generalmente sí

de un antecedente discursivo.

La gramática tradicional caracterizó imperfectamente el pronombre como una «palabra que sustituye al

nombre», aunque en el análisis moderno este análisis no es correcto. El punto de vista moderno considera

que los pronombres son el núcleo sintáctico de un sintagma determinante, mientras que un nombre es el

núcleo de un sintagma nominal. Los pronombres son una categoría universal y todas las lenguas poseen

algún tipo de pronombres, como los personales/posesivos y los deícticos. En los pronombres posesivos, y

generalmente también en los personales, todas las lenguas distinguen al menos tres formas o personas:

primera persona (exclusiva) [+hablante][-oyente], segunda persona [-hablante][+oyente] y tercera persona

[-hablante][-oyente]. Algunas lenguas distinguen además otras personas correspondientes a [+hablante]

[+oyente] (1ª persona inclusiva) y también varias terceras personas obviativas.

Finalmente, desde el punto de vista de las categorías gramaticales es frecuente que los pronombres

expresen como mínimo tantas categorías como los sustantivos, frecuentemente más. Por ejemplo en inglés

sólo los pronombres expresan género gramatical, que está ausente en los nombres. En chino mandarín los

pronombres presonales frecuentemente expresan número gramatical, que generalmente no es expresado en

el nombre.


VERBO El verbo es la parte de la oración o categoría léxica que expresa existencia, acción, consecución, condición

o estado del sujeto, semánticamente expresa una predicación completa.

La gramática tradicional ha considerado que el verbo es el núcleo del predicado de la oración, aunque

según el enfoque generativista serían las inflexiones verbales de tiempo las que constituyen un auténtico

núcleo sintáctico de la oración o sintagma de tiempo.

En español constituye la clase de palabra flexivamente más variable y está constituido por un lexema, así

como morfemas de número y persona en su periferia, y de modo, voz (activa o pasiva), aspecto e infijo de

vocal temática entre el lexema y aquellto]], objeto, etc.). En español concuerda con el sujeto siempre en

número y casi siempre en persona (la excepción es el caso del llamado sujeto inclusivo: Los españoles

somos así), y bastantes veces con el atributo de los verbos copulativos.

ADJETIVO El adjetivo o nombre adjetivo (del latín adjectīvus, "que se agrega") es una parte de la oración que

acompaña al sustantivo o nombre para determinarlo o calificarlo; expresa características o propiedades

atribuidas a un sustantivo, ya sean concretas (el libro verde, el libro grande), ya sean abstractas (el libro

difícil). Estos adjetivos acompañan al sustantivo libro y cumplen la función de especificar o resaltar alguna

de sus características y se dice que lo determinan, pues, al añadir un adjetivo ya no se habla de cualquier

libro, sino precisamente de un libro verde, o de uno grande.

El adjetivo es una clase de palabra que funciona ordinariamente como adyacente del nombre sustantivo,

esto es, como complemento nominal adjunto que se sitúa delante o después del sustantivo al que se refiere,

con el cual concierta en español en género y número.

Por significado, señala una cualidad atribuida a un sustantivo, bien abstracta ("perceptible por la mente,

como en "libro difícil"), bien concreta ("perceptible por los sentidos, como en "libro verde").

ADVERBIO El adverbio es la clase de palabra invariable que actúa como núcleo del sintagma adverbial. Modifica al

verbo, adjetivo o a otro adverbio.

Las funciones sintácticas del adverbio son, aparte de la de núcleo de sintagma adverbial, las de

complemento circunstancial del verbo, la de cuantificador, grado o complemento del adjetivo ("muy

bueno", "recién hecho") y las de cuantificador de otro adverbio ("bastante lejos"). Algunos adverbios

pueden funcionar como predicados dirigidos hacia un sujeto y junto a una cópula verbal ("está

divinamente").

En la morfología española suelen ser invariables o con una variabilidad muy pequeña (algunos admiten

sufijos: cerquita, lejísimos, lejitos). Suele añadir información circunstancial al verbo, y algunos incluso a toda

la oración, ya sea de tiempo, de modo, de lugar, de duda, de afirmación o de negación. En esos casos se

considera que funciona como modificador a nivel de sintagma verbal ("lo hice fácilmente") o nivel causal

("sinceramente,...") por lo que algunos adverbios pueden funcionar como marcadores del discurso.

Los adverbios de lugar son palabras que sirven para indicar el sitio donde se encuentra algún ser u objeto.

Y estos pueden ser: adelante, adonde, ahí, aquí, allí, allá, arriba, cerca, delante, detrás, donde, encima,

lejos, etc.

El adverbio de modo puede formarse mediante la colocación del sufijo -mente al final de algunos adjetivos.

Por ejemplo: rápido (adjetivo) >> rápidamente (adverbio). También pueden formarse compuestos

parasintéticos adverbiales agregando el prefijo a- y el sufijo -as: A gatas, a escondidas, a ciegas... Algunos

sintagmas preposicionales asimismo han sido lexicalizados como adverbios: a posta > aposta, a penas >

apenas, etc.

Ambos, tanto el adverbio como el adjetivo pueden ser precedidos por cuantificadores como:

"muy" + adj //adv = "muy rápido" // "muy rápidamente" son adverbios superlativos

PREPOSICIONES La lista tradicional de preposiciones del idioma español es: a, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, en,

entre, hacia, hasta, para, por, según, sin, so, sobre, tras.

La lista oficial de la RAE para el español actual es: a, ante, bajo, con, contra, de, desde, durante, en, entre,

hacia, hasta, mediante, para, por, pro, según, sin, sobre, tras, vía.[1]

De estas series, las únicas preposiciones tónicas son contra y según; el resto son átonas.

Han caído en desuso la preposición cabe, cuyo significado ha sido sustituido por el de la locución

conjuntiva junto a, y so, proveniente de la preposición latina sub, que se limita a frases fijas en locuciones

conjuntivas como so color de, so capa de, so especie de, so pretexto de, etc.

A estas se pueden agregar también allende, con el significado de "al otro lado de", como en "allende el

océano"; aquende, con el significado de "a este lado de", como en "aquende los Pirineos"; vía, con el

significado de "a través de", como en "fui de París a Roma vía Milan" y pro, con el de "en favor de" como

en "vino a Madrid e hizo campaña pro damnificados por el huracán Mitch".

También en algunos de sus usos se pueden considerar preposiciones las expresiones extra, excepto, salvo,

incluso, más y menos. Se discute si pueden considerarse preposiciones pospuestas los adverbios arriba y

abajo en sintagmas como "boca arriba" o "boca abajo".

Todas las preposiciones son invariables desde el punto de vista morfológico.

La preposición es la clase de palabra invariable que introduce el llamado sintagma preposicional. Las

preposiciones generalmente tienen la función de introducir adjuntos, y en ocasiones también complementos

obligatorios ligando el nombre o sintagma nominal al que preceden inmediatamente con un verbo u otro

nombre que las antecede. En algunas lenguas las preposiciones pueden no encabezar un sintagma

preposicional, como en inglés donde incluso pueden aparecer al final de la frase.

CONJUNCIONES La conjunción es una parte invariable de la lengua que se utiliza para enlazar oraciones y establecer

relaciones de jerarquía entre ellas, además de explicar el tipo de relación semántica o de significado que

existe entre ellas. Por ejemplo, en Luisa va a trabajar y Raúl se queda en casa, se enlazan dos oraciones

para construir una mayor, el tipo de relación que hay entre ambas es de igualdad, de forma que se pueden

intercambiar, y se suman los significados de ambas.

La conjunción sólo tiene significado gramatical y no posee significado léxico; su significado lo adquiere en

las relaciones oracionales que puede presentar. Valor aditivo: Luisa compra y vende objetos. Valor de

oposición: Carmen trabaja y no todos los días.

Hay otros muchos nexos, en su origen preposiciones, que encabezan oraciones y que adquieren valor de

conjunción, aunque no tengan forma conjuntiva. A estas construcciones se les llama giros conjuntivos. Por

ejemplo:

Al + inf. = Cuando + verbo conjugado: Al cantar el gallo, San Pedro lloró = Cuando cantó el gallo... + Por + inf. = Porque + verbo conjugado: Por venir tarde, no entró = Porque vino tarde... + Con + inf. = Aunque + verbo conjugado: Con ser tan listo, no aprobó = Aunque era tan listo... + De + inf. = Si + verbo conjugado: De llover hoy, nos refugiaremos en el kiosco = Si llueve hoy, nos

refugiaremos... + Para + inf. = Para que + verbo conjugado: Hemos venido para cantar = Hemos venido para que cantemos

+ las conjunciones se clasifican en propias e impropias.

Conjunciones propias son las que unen oraciones o elementos del mismo nivel sintáctico, grupo nominal o

adjetivo, como son las conjunciones coordinantes o coordinativas: y, ni, pero, sino...: Luis caminaba triste y

pensativo.

Conjunciones impropias son las que enlazan oraciones dependientes, como son las locuciones o partículas

subordinantes: cómo, cuándo, que, porque, para que... Las conjunciones subordinantes degradan la

oración en que se insertan y la transponen funcionalmente a una unidad de rango inferior que cumple alguna

de las funciones propias del sustantivo, del adjetivo o del adverbio: Dijo que vendría. Lo hizo porque

quiso.

INTERJECCION La interjección es un tipo de enunciado en una lengua natural que expresa alguna impresión súbita,

exclamativa o un sentimiento profundo, como asombro, sorpresa, dolor, molestia, amor, etc. Sirven

también para apelar al interlocutor, o como fórmula de saludo, despedida, conformidad, etc.; por ejemplo:

¡Alto! Se usa como llamada enérgica imperativa. ¡Ay! Se emplea para expresar un sentimiento vivo. ¡Eh! Se usa para preguntar, llamar, despreciar, reprender o advertir. ¡Hola! Se usa como salutación familiar. Por lo tanto, son semánticamente equivalentes a una oración completa, y expresan o describen

elementalmente una acción sin estar sintácticamente organizados, por ello puede considerarse que no son

una parte de la oración (aunque algunos gramáticos las incluyen en el inventario de clases de palabras), sino

que son signos lingüísticos pregramaticales que desempeñan las tres funciones del lenguaje según Karl

Bühler: expresiva, conativa y representativa.

Equivalen también a oraciones sin desarrollo las expresiones interjectivas del tipo ¡Cielo santo!; ¡Dios mío!;

¡Recórcholis!; ¡Rayos y truenos!; ¡Demonios!; ¡Cielos!; etc.

Las Interjecciones propias, o propiamente dichas, se componen de una única palabra comprendida entre

signos de admiración o de interrogación:

Interjecciones impropias que no son interjecciones idiomáticamente originarias, sino sustantivos, verbos o

adverbios, que ocasionalmente son empleados como interjecciones, por su significación usual: ¡Socorro!;

¡Caracoles!; ¡Diablos!; ¡Rayos y centellas!

Interjecciones de expresión — que son locuciones usuales, las que son empleadas igualmente como

interjecciones: ¡Mi madre!; ¡Dios santo!; ¡Ay de mí! Las interjecciones presentan algunas peculiaridades en

su empleo idiomático:

Generalmente se emplean en forma aislada, como una expresión de entonación independiente; pero cuando

se incorporan en una oración lo común es que aparezcan al principio: ¡Ay!; ¡Qué dolor!

   
 
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