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La prosa medieval

De Wikillerato

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(La historiografía)
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===Las colecciones de exempla===
===Las colecciones de exempla===
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# ''[[Exemplario contra los engaños del mundo]]''.

Revisión de 14:54 29 ene 2007

Antes de adentrarnos en un estudio más pormenorizado, quizás fuera interesante echar un vistazo
a esta página para tener una visión de conjunto.

Tabla de contenidos

La prosa hasta 1255

Como señala López Estrada, el comienzo de la prosa medieval viene impulsado por dos factores: el uso cada vez más creciente de la lengua vulgar en el verso y la necesidad, de orden práctico en un principio, de escribir fueros locales y documentos de poca trascendencia, que después revierte en el uso de la prosa vernácula. Por ello, no es de extrañar que el contenido de las primeras obras prosísticas en romance se adscriban a

La historiografía

En la primera mitad del siglo XIII los casos de historias romanceadas son todavía excepcionales ya que el gran corpus histórico se escribe en latín, que era la lengua culta de la época.

Entre las primeras muestras destacaremos:

  1. Los Anales navarro-aragoneses, que contienen la primera referencia española a la materia artúrica.
  2. El Liber regum que, escrito en romance navarro a finales del XII o comienzos del XIII, contiene una historia genealógica universal -sagrada y profana- más unas genealogías de los reyes godos y asturianos, de los jueces, condes y reyes de Castilla, de los reyes de Aragón, de los de Francia y del Cid. Su enorme difusión (fue usada como fuente histórica en poemas castellanos, por Rodrigo Jiménez de Rada para su De rebus Hispaniae, por Alfonso X para su Estoria de España y por Juan de Mena en su Laberinto de Fortuna) la convierte en la obra histórica más importante de este período, junto a la llamada

Como se puede ver, parece que la zona central de la Península se adelanta al resto en la utilización de la prosa romance. Las razones que pudieran explicar este hecho no están claras. En Castilla, a mediados del XII, también encontramos textos en prosa y romance, como el Fuero de Avilés y otros documentos notariales y jurídicos, pero -claro- su importancia para la historia de la literatura es infinitamente menor que la de los dos casos citados.

Para ampliar: FERNÁNDEZ-ORDÓÑEZ, Inés. De la historiografía fernandina a la alfonsina.


Otros géneros que empiezan a ser usados en castellano en esta época son:

La literatura religiosa

Su producción más importante en la primera mitad del s. XIII es la constituida por los romanceamientos bíblicos. Estas vulgarizaciones acaban imponiéndose cuando el latín deja de ser comprensible; no obstante, esta divulgación traía como secuelas la libre interpretación y una mayor facilidad para caer en la herejía. Estos romanceamientos son:

  1. La Fazienda de Ultramar.
  2. Las Biblias escurialenses

La literatura doctrinal

Este género tiene su origen en las numerosas instrucciones para confesores en latín. El que esta lengua se hiciera ininteligible para no pocos clérigos y la obligatoriedad de la confesión anual, dispuesta en el V Concilio lateranense, debió obligar a que se hicieran las correspondientes traducciones. De entre éstas destacaremos:

  1. Los Diez mandamientos, que es el más antiguo tratado de este tipo. Sirve de guía para indicar al sacerdote las preguntas que debe hacer al penitente. Es interesante porque desvela aspectos de la vida cotidiana.
  2. Disputa entre un cristiano y un judío.

La literatura sapiencial

(Corpus bibliográfico de la literatura sapiencial)

La peculiar situación histórica de la Península (convivencia de tres culturas) hará que se conozcan muy tempranamente las colecciones de sentencias, de amplia popularidad en el mundo oriental, y que surjan aquí las primeras traducciones a una lengua occidental. No es tarea fácil precisar la fecha en que se comienza esta labor traductora, pero hay una cierta unanimidad entre los estudiosos en localizarlas en torno a los reinados de Fernando III y Alfonso X. Ante el éxito que tuvieron estas traslaciones, surgieron un gran número de textos adscritos a este género que no parecen ser traducciones -directas, al menos- de ningún original árabe. A principios del s. XIV la literatura sapiencial tanteó un nuevo camino con los Dichos de los Santos Padres, de Pero López de Baeza, que utiliza el esquema tradicional para introducir materiales cristianos.

Características:

  1. Suelen poseer un prólogo que sirve como aglutinante del conjunto.
  2. El origen de estas sentencias normalmente está motivado por algún tópico del tipo “reunión de sabios”, “viaje hasta las fuentes de la sabiduría” o la mención al “libro perdido y por fin hallado”.
  3. Por cuestiones mnemotécnicas, estas sentencias suelen adoptar la forma de proverbios, aunque a veces aparecen a lo largo de un pequeño diálogo o de una anécdota.
  4. La sabiduría que pretenden transmitir estas colecciones es la aceptación voluntaria de lo inevitable.
  5. No se atribuyen las sentencias a sabios determinados.
  6. Muy pocas de ellas son bíblicas.

Ningún obstáculo hay, en principio, para que las mismas sentencias circulen en un contexto cristiano, árabe o judío. En las adaptaciones y nuevas compilaciones se percibe un mayor interés por los temas de gobierno, convirtiéndose -por tanto- en un speculum principis (sobre este tipo de literatura en la Edad Media puede consultarse
el siguiente artículo de Rucquoi y Bizzarri). Así ocurre con el Libro de los doze sabios.

Otras obras pertenecientes a este género son:

- Flores de filosofía.

- Poridat de las poridades.

- Secreto de los secretos.

Orígenes de la prosa de ficción. El libro de cuentos

Durante la Edad Media el título más usado y significativo de este grupo genérico fue el de exemplo o enxiemplo. La enseñanza de éste procede de la semejanza y de la comparación, de manera que la obra ha de leerse entera para sacar de ella provecho y poderlo aplicar a los casos de la vida real.

Según Lomax, la evolución de las colecciones de exempla es la siguiente: comenzaron siendo libros de consulta escritos por clérigos para clérigos. Posteriormente, fueron adaptados por los clérigos para los seglares bien en forma de sermones, bien como lecturas piadosas. Finalmente, algunos seglares comienzan a escribir este tipo de obras para seglares (Don Juan Manuel y el Conde Lucanor).

Las características de este género son:

  1. Organización primitiva y desarrollo lineal de los argumentos por relación de causa-efecto hacia un fin determinado.
  2. El diálogo es escaso y secundario.
  3. Se escriben para un medio cortesano y testimonian la existencia de un público oyente (las menos veces, lector) de gente noble que está en condiciones de apreciar un grado más alto que el sencillo cuento folklórico.
  4. Suelen ser traducciones de obras orientales.

Estas colecciones no presentaban los cuentos de forma aislada, sino formando un conjunto unitario. Las principales técnicas de inserción de cuentos eran:

  1. El diálogo (Disciplina clericalis).
  2. La novela marco (conjunto narrativo compuesto por dos partes diferentes pero que guardan entre sí un vínculo fundamental: la narración principal y los cuentos narrados por distintos personajes: Calila y Dimna, Sendebar).
  3. Caja china (un personaje de la historia insertada cuenta un relato que a su vez contiene otro: hay casos en el Calila y Dimna).
  4. Ensartado (encadenamiento de cuentos con un protagonista único: hay casos en el Calila y Dimna).
  5. Marco dialogado (una serie de frases al principio y al final de la fábula sirven para diferenciar el mundo real del narrado).

No debemos creer, sin embargo, que el predominio de una técnica excluye el uso de las restantes. Muy al contrario, lo habitual es la coexistencia de varias en una misma obra.

Durante el reinado de Fernando III se inició una moda que favorecía el uso de la lengua vernácula en obras doctrinales, cuyo contenido se refiere a enseñanzas sobre la conducta humana y sus consecuencias morales, organizadas con un criterio elemental. En algunos de estos libros, la materia didáctica se encierra en un marco general. A este tipo de textos pertenece la Historia de la donzella Teodor, que cuenta con una amplísima tradición en la península. El origen del libro se encuentra en una de las narraciones de Las Mil y una noches y se viene aceptando que pudo ser traducido del castellano al árabe en la segunda mitad del siglo XIII. Pese a que en su fuente la doctrina islámica es muy importante para el desarrollo de la historia, su peculiar organización formal (preguntas-respuestas) permite su fácil adecuación a nuevos contextos culturales. Como el Sendebar, esta obra encubre un proceso iniciático.

Obra jurídica

La producción jurídica alfonsina de este período está compuesta por tres obras:

  1. El Fuero Real.
  2. El Setenario.
  3. El Espéculo.

Obras científicas

El concepto de científico es muy amplio en la Edad Media y no se ajusta en casi nada al moderno.

Alfonso X alienta la conocida como Escuela de traductores de Toledo (una relación de las personas que trabajaron en ella para el monarca castellano, aquí). Frutos de este apoyo regio son obras como:

  1. El Lapidario.
  2. El libro conplido en los judizios de las estrellas.
  3. El Libro de las cruzes.


La corte letrada de Alfonso X (1256-1284)

(Para ampliar). También es interesante el artículo:
Los intelectuales en la corte alfonsí. El saber y la literatura al servicio de la monarquía, de Georges Martin.

Vista en su conjunto, la obra de este monarca posee un sutil carácter moral, ya que la concibe como un camino hacia la salvación del alma:

Cada uno, cuanto más ha del saber, y más se llega a él por estudio, tanto más aprende y crece y se llega por ende más a Dios (General Estoria, II, p. 31b).

Al mismo tiempo, parece querer afirmar en sus lectores y oyentes (los miembros de la corte permanente) una cosmovisión ordenada que les valiese para la vida social y el establecimiento de una convivencia dentro de unas normas de justicia iguales para todo el reino.

En 1256 una embajada de la ciudad-estado de Pisa ofrece a Alfonso X la corona del Sacro Imperio Romano Germánico. Como este honor era electivo, el rey castellano no ahorra esfuerzos y compromete todo su prestigio de monarca letrado y las finanzas del reino para hacerse con la dignidad imperial. Sólo desde este punto de vista puede comprenderse el impulso bélico ("cruzada africana", conquista de El Puerto de Santa María, ataque de Orán) e ilustrado que propicia. Éste podría resumirse de la siguiente manera:

Libros sapienciales

Se recogen en este apartado una serie de obras que se caracterizan por:

  1. Los textos están formados fundamentalmente por sentencias (aunque no es raro que incluyan breves exempla).
  2. Muchas de estas obras tienen la literatura árabe como fuente intermedia y la griega como original.
  3. La mayor parte de estas traducciones hispanas están muy relacionadas entre sí bien porque comparten fuentes, bien porque se influyen.

Estos rasgos esenciales se pueden completar con los ya expuestos para el mismo género en el período anterior.

Destacaremos los siguientes tratados:

  1. Libro de los cien capítulos.
  2. Libro de los buenos proverbios.
  3. Bocados de oro o Bonium.

Los diálogos

Las primeras "disputas" se habían plasmado por escrito a lo largo de la centuria anterior y en verso. Ahora asistimos a un nuevo género en el que personajes cuidadosamente seleccionados debatirán sobre temas cruciales ante un auditorio muy similar al que es receptor originario de la obra.

  1. Diálogo de Epicteto y el emperador Adriano.
  2. Historia de la donzella Teodor.
  3. Capítulo de Segundo filósofo

Obras legislativas

Cuando en 1252 Alfonso X llega al trono, el cuerpo legal del reino contenía normas provenientes de los últimos tiempos de Imperio romano, de los visigodos y otras que fueron establecidas durante la reconquista. Por eso, uno de los afanes del monarca fue ordenar este caos al tiempo que afianzaba el poder real y su autoridad. Para ello inicia una reforma legislativa inspirada en el Digesto de Justiniano, texto que era el principal estudio en las escuelas de leyes de Bolonia y el Sur de Francia.

Las Siete Partidas.

Para ampliar:

  1. CRADDOCK, Jerry R. The Legislative Works of Alfonso el Sabio.
  2. ORELLANA CALDERÓN, Raúl. “Contra los de dentro tortizeros e sobervios”: los otros “defensores”, jurisdicción y poder en el proyecto político alfonsí.

Obras científicas

  1. El Libro del saber de astrología.
  2. El Libro de las formas et de las imágenes.
  3. El Libro de Picatrix.

Para ampliar:

ROTH, Norman. Jewish Collaborators in Alfonso's Scientific Work.

Obras históricas

Alfonso X acomete esta tarea para exponer su pensamiento político y encontrar en el pasado razones que justifiquen tanto sus aspiraciones a la corona imperial como las relativas a construir un nuevo modelo político, constantemente rechazado por la nobleza.

La producción histórica alfonsina se caracteriza:

  1. Por su carencia de un sentido crítico básico; es decir, por la aceptación de las noticias suministradas por los libros sin que se efectuaran comprobaciones sobre lo que se contaba (como Gonzalo de Berceo, se concede a la la "letra" la categoría de verdadero: en escripto yaz esto, sepades, non vos miento).
  2. Por su concepción conscientemente literaria tanto en la elaboración como en su forma expositiva.

Al contrario de lo que se suele pensar, las dos producciones de este género (la Estoria de España y la General Estoria) debieron nacer a la par y, en ocasiones, compartir materiales.

También es idéntico en ambas el principio fundamental de organización: la linna o liña de sucesión del imperium. Dentro del marco general de ésta, los compiladores suelen inclinarse por el sistema analístico, el cual supone un grave inconveniente para la casación de fechos complejos. A fin de resolver esta dificultad, crean lo que denominaron estorias unadas: unidades narrativas autónomas que concentran en un momento histórico todo el saber vinculado a un suceso o a un personaje. Esta organización narrativa predomina en la General Estoria y la departida o analística en la Estoria de España.

Para ampliar:

  1. Dyer, Nancy Joe. Alfonsine Historiography: The Literary Narrative.
  2. Fernández Ordoñez, Inés. El taller historiográfico alfonsí. La Estoria de España y la General estoria en el marco de las obras promovidas por Alfonso el Sabio.

La narración cortesana

  1. La Historia troyana polimétrica.
  2. La Historia de Alexandre.

Obra de entretenimiento

No todo era estudio en la corte. El ocio encuentra su plasmación en el Libro de acedrex, dados e tablas.


La corte de Sancho IV (1284-1295)

La llegada de Sancho IV al trono estuvo motivada, en parte, por el rechazo de un sector de la alta sociedad castellana a la política de Alfonso X y a su admiración por la cultura árabe y judía. Por ello, Sancho IV reaccionará contra estas tendencias, apoyado por su mujer, María de Molina. Esta actitud ortodoxa, acorde con el cristianismo y la moral conservadora se conoce como molinismo, cuyos principios básicos son : anteponer a Dios sobre todas las cosas, esforzarse en terminar las buenas obras y guiarse por la razón (el "seso natural").

La corte se convierte en asiento de un nuevo modelo cultural. Esto no significa que el entramado literario que había propiciado el Rey Sabio desaparezca, sino que se ajusta al nuevo marco ideológico con el que los nuevos monarcas quieren identificarse. Ahora, triunfará el cultivo de la razón (frente a la búsqueda del saber) y la defensa del cristianismo se realizará no sólo en el campo de batalla, sino en los textos (Barlaam e Josafat o la Gran Conquista de Ultramar, por ejemplo.)

Menéndez Pidal calificó como “muy pobre y discutida” la actividad intelectual durante este reinado. No obstante, a la luz de las nuevas investigaciones, debemos replantearnos esta afirmación. Así, el profesor Orduna propone la existencia de un grupo intelectual surgido en torno a la escuela catedralicia de Toledo, con un proyecto cultural y político bien definido y cuya acción y estímulo determinó la aparición de un importante conjunto de textos, los cuales hasta ahora han sido vistos como hitos aislados o inconexos. Incluso piensa que la producción de Don Juan Manuel (amigo del arcediano Ferrán Martínez, posible autor del Libro del Cavallero Zifar) y el Libro de Buen Amor podrían estar determinados por el programa cultural que elaboró la escuela catedralicia de Toledo.

Atribuibles a esta élite muy cercana al rey Sancho IV serían:

Obras de carácter enciclopédico

Libro del Tesoro, versión casi literal de Li livres dou tresor, de Brunetto Latini.

Obras doctrinales

Lucidario, traducción muy libre del Elucidarius de Honorio de Autun.

Castigos y documentos del rey don Sancho (colección de sentencias e historias para la educación del príncipe heredero).

Libro del consejo e de los consejeros.

Obras historiográficas

En contra de lo que pudiera pensarse, Sancho IV continúa la redacción de la Estoria de España, pero como medio de justificar los actos que lo han llevado al trono y de inculcar en la aristocracia un modelo de conducta caballeresca que la vincule a la corona. Es la que se conoce como Versión amplificada de 1289, cuya mayor importancia radica en que modificará profundamente el género historiográfico, pues pone los cimientos para que se pase de una "crónica general" (es decir, texto que pretende registrar todos los hechos acontecidos en España) a una crónica real (esto es, el que ajusta su relato a los sucesos de un reinado concreto).

Enlace externo:

Historia del Cid (parte I y II) según la Versión amplificada de 1289.

Obras de ficción

Barlaam e Josafat.

La Gran Conquista de Ultramar (historia novelesca de las Cruzadas).


De Fernando IV a Alfonso XI (1295-1350)

Con la muerte de Sancho IV, su mujer, doña María de Molina, queda relegada en la corte a un segundo plano. Sin embargo, su papel será fundamental -primero como reina-madre y después como reina-abuela- a la hora de intentar mantener un orden social y político que dibujará los nuevos modelos de ficción.

Enlaces externos:

  1. Contexto histórico.
  2. Evolución de la prosa medieval hasta el siglo XV.
  3. AMRAN, Rica. Aproximación a la confrontación jurídico-económica entre María de Molina y las aljamas castellanas a finales del siglo XIII y principios del siglo XIV (la relación de María de Molina con la comunidad judía: los puntos comunes con épocas anteriores, los cambios que esta realiza en su relación con la comunidad, para concluir con lo que su política significó para la minoría y la influencia de esa nueva situación en el siglo XIV.)
  4. KLINKA, Emmanuelle. Le pouvoir au féminin dans la Castille médiévale : une deuxième voie? (parte del artículo está dedicado a María de Molina).

Historiografía

Para los sucesores de Alfonso X la historia ya no es tanto una interpretación del pasado para sostener el presente, cuanto un marco en el que justificar sus comportamientos políticos. Por tanto, no es raro que en el s. XIV adquieran especial valor las crónicas reales y que en el XV aparezca las llamadas crónicas particulares.

  1. Derivaciones de la Estoria de España.
  2. Las Crónicas reales.

La labor legislativa de Alfonso XI

Desde que el monarca asume la mayoría de edad en 1325, tres serán las claves de su pensamiento político:

  1. La caballería como su modelo de corte.
  2. La recuperación de la trama historiográfica para comprender el presente y justificarlo.
  3. La restauración de un orden jurídico que lo convierta en el centro de una teoría y de una práctica legislativa.

Esta restauración toma cuerpo en tres ordenamientos:

  1. Ordenamiento de Burgos (1338).
  2. Ordenamiento de Villa Real (1346).
  3. Ordenamiento de Alcalá (1348).

La literatura para el entretenimiento cortesano

Bajo este epígrafe se recoge los numerosos tratados de caza, de entre los que destacaremos:

A. El Libro de cetrería del rey Dancos:

  1. Introducción.
  2. Texto.

B. El Tratado de cetrería:

  1. Introducción.
  2. Texto.

El desarrollo de la ficción

Conviene aclarar que, siguiendo al profesor Gómez Redondo, utilizaremos el término romance en este contexto para referirnos a las obras de ficción en prosa.

  1. Los romances de materia hagiográfica conocen en los años finales del siglo XIII y en las primeras décadas del XIV un gran desarrollo debido -sin duda- a la influencia de doña María de Molina. En este grupo destacan dos: la Estoria de Santa María Egiçiaca y El Cavallero Pláçidas.
  2. Libro del Cavallero Zifar.
  3. Romances de materia caballeresca.
  4. Romances de materia carolingia.
  5. Romances de materia historiográfica: la materia troyana.
  6. Romances de materia de la Antigüedad.

La propaganda religiosa y la afirmación doctrinal

El movimiento de renovación religiosa promovido por doña María de Molina no sólo toma cuerpo en obras literarias como el Libro del Cavallero Zifar, sino en tratados específicos que, a lo largo de la primera mitad del siglo XIV, comienzan a redactarse en castellano. Buenos ejemplos de ello son el debate titulado Visión de Filiberto, los Dichos de los Santos Padres de Pero López de Baeza y el Tractado de la Asunçión de la Virgen María del infante Don Juan Manuel.

Los tratados políticos

  1. La Glosa castellana al Regimiento de príncipes de Egidio Romano.
  2. Avisaçión de la dignidad real.
  3. Tratado de la comunidad, versión abreviada del Communiloquium (manual de ayuda para los predicadores en el que se les facilitaba un variado repertorio de ejemplos con los que adoctrinar a los fieles según su categoría social, edad, sexo o circunstancias personales) de Juan de Gales. Se compone de dos partes: sobre el regimiento de la comunidad y el gobierno y sobre el regimiento del individuo.


El infante Don Juan Manuel (1282-1348)

Aunque construya su obra a lo largo del siglo XIV, su concepción cultural hereda los modelos literarios alfonsinos, pero tamizados por los valores morales y religiosos de la corte de Sancho IV. No en vano, los inicios literarios de Don Juan Manuel (entre 1320 y 1325) siguen la senda fijada por su tío Alfonso X para la prosa literaria: historia (Crónica abreviada), disposiciones jurídicas para la caballería, su estamento (Libro del cavallero et del escudero) y entretenimiento (Libro de la caza: introducción, bibliografía y texto).

Producción historiográfica

El estudio y aprendizaje de la historia es un pilar básico en el sistema de educativo expuesto en el Libro de los estados:

Et despues, deuen fazer quanto pudieren por que tomen plazer en leer las coronicas delos grandes fechos et de las grandes conquistas et delos fechos de armas et de cauallerias que acaesçieron (...) (Libro de los estados, I, LXVII).

Según el Prólogo general, sobre esta materia había escrito dos obras: (...) et el otro, de la cronica abreui[a]da; et el otro, la cronica conplida (...). De las que sólo nos ha llegado la primera.

La reflexión sobre la caballería

Bajo este título vamos a incluir dos textos: el Libro del cavallero et del escudero y el Libro de los estados.

La prosa didáctica, doctrinal y de ficción

Aquí recogemos el Libro enfenido, el Libro de las armas, el Tractado de la Asunçión de la Virgen María y su obra más conocida: el Libro del conde Lucanor.


Enlaces externos:

  1. Héctor H. Gassó y Diego Romero Lucas. Boletín bibliográfico sobre el infante Don Juan Manuel y su obra (referencias desde 1991 hasta 1997).
  2. Conclusiones del Seminario de Grado Sujeto, narratividad e ideología en la escritura de don Juan Manuel, Buenos Aires, diciembre de 1998.


De Pedro I (1350-1369) a Juan I (1379-1390)

La historiografía

Si un género literario se ve afectado por los acontecimientos políticos, éste es la historiografía. Es por ello que nada se nos ha conservado de la propiciada por Pedro I durante su reinado.

En cualquier caso, es válido lo dicho sobre este género en el período anterior:

Para los sucesores de Alfonso X la historia ya no es tanto una interpretación del pasado para sostener el presente, cuanto un marco en el que justificar sus comportamientos políticos. Por tanto, no es raro que en el s. XIV adquieran especial valor las crónicas reales y con ellas la figura del Canciller Pero López de Ayala.

Los libros de viajes

Bajo este epígrafe caben guías de peregrinación, recorridos de mercaderes, enciclopedias geográficas, relatos maravillosos y aventuras particulares.

Según Pérez Priego, estas obras comparten los siguientes rasgos:

  1. El itinerarium constituye la urdimbre o armazón del relato.
  2. La enumeración de lugares y costumbres se hace de forma cronológica.
  3. Se le da mucha importancia al espacio; sobre todo a las ciudades.
  4. La identidad entre autor y narrador trae consigo el uso de la primera persona.
  5. La imitación de unos mismos recursos.

Los textos más destacados de este género son:

  1. Libro del conosçimiento.
  2. Libro de Marco Polo.
  3. Libro de las maravillas del mundo.
  4. Los viajes alegóricos: Visión de don Túngano y el Purgatorio de San Patricio.

Enlaces externos:

  1. Rafael Beltrán. Los libros de viajes medievales castellanos. Introducción al panorama crítico actual: ¿cuántos libros de viajes medievales castellanos?.
  2. Guido M. Cappelli. Por el alma y por el bolsillo. Literatura de viajes y viajes en la literatura en la Edad Media catalana.
  3. Anca Crivat. Los libros de viajes de la Edad Media española.
  4. José Ángel García de Cortazar. El hombre medieval como "homo viator": peregrinos y viajeros.
  5. Paulo Lopes. Os livros de viagens medievais.
  6. Eugenia Popeanga. Lectura e investigación de los libros de viajes medievales.
  7. Eugenia Popeanga. El viaje iniciático. Las peregrinaciones, itinerarios, guías y relatos.
  8. Juan Miguel Ribera Llopis. Viajeros peninsulares a Ultratumba.

La hagiografía

  1. La Legenda aurea (Leyenda dorada) es una colección de vidas de Santos redactada en latín por Jacobus a Voragine (Santiago de Varazzo) en torno a 1264. Su difusión fue extraordinaria y se convirtió en la obra de referencia del género hagiográfico. Aunque no se ha conservado ninguna traducción completa en castellano, parece ser que hubo dos dos grandes núcleos textuales, denominados por los especialistas como "Compilación A" (formada en la primera mitad del siglo XIV) y "Compilación B", que mostraba más libertad con respecto al texto original y, en consecuencia, podía admitir la incorporación y exclusión de vitae o desarrollarlas con otro tratamiento narrativo .
  2. La Leyenda de San Amaro.
  3. La Vida de San Alejo.
  4. La Vida de Santa Pelagia.

La cuentística y la literatura sapiencial

La cuentística sufre, en esta segunda mitad del siglo, una curiosa evolución: apenas hay género literario que no incluya exempla en muchas de sus manifestaciones, pero no se realizan colecciones concretas. A excepción del Libro de los gatos y de los Enxemplos que pertenesçen al Viridario.


Enrique III (1390-1406)

No fue fácil el reinado de este monarca. Además de a la crisis económica, tuvo que enfrentarse a otros dos importantes problemas:

  1. El religioso, en dos frentes: antisemitismo y Cisma de Occidente.
  2. El político: contención de las pretensiones de la nobleza.

La historiografía

Como ya hemos visto, el advenimiento de los Trastámaras propició el desarrollo de las crónicas reales como forma de explicar el presente y dotarlo de un entramado ideológico propio. La consecuencia lógica de esta reducción del punto de vista historiográfico será la aparición de las crónicas particulares: biografías de personas que querrán dejar en el tiempo su huella a fin de justificar unas determinadas acciones.

Por lo tanto, el siglo XV no es el mejor momento de las crónicas generales. Aunque hay algunas reseñables:

  1. Crónica de 1404. Es la más original. Su aporte más significativo consiste en la atención que presta a la materia caballeresca, sobre todo a los episodios artúricos.
  2. Cuento de los reyes. Es un breve sumario centrado en el reinado de Pedro I y los primeros años de su hermanastro. Está inserto en El Victorial de Díaz de Games, quien lo atribuye al abuelo de Pero Niño.
  3. El Sumario del Despensero de la reina doña Leonor es la mejor muestra del género. El autor crea una nueva estructura historiográfica en la que mezcla elementos de las crónicas reales (las biografía de los monarcas como soportes temporales) con otros de la cronística general.

Las relaciones de viajes

La Embajada a Tamorlán.


Juan II (1406-1454)

La literatura de este periodo es, en buena parte, consecuencia de los enfrentamientos de tres círculos de poder:

  1. El aragonesista constituido en torno a la figura de Fernando de Antequera, tío de Juan II, y sus descendientes.
  2. El nobiliario.
  3. El regalista, representado tanto por Juan II como por Álvaro de Luna, si bien que cada uno con una concepción diferente de la monarquía.

La historiografía

  1. La Crónica de Juan II.
  2. La Crónica del Halconero.
  3. La llamada Refundición del Halconero.
  4. Las Crónicas particulares.

El orden cultural de la nobleza

Mucho se ha discutido sobre el posible prehumanismo hispánico. Sin embargo, éste no es posible por varias razones:

  1. Ignorancia de las lenguas clásicas por quienes pudieron protagonizarlo, excepto Villena.
  2. Inexistencia de un público que recibiera las producciones.
  3. No olvidemos que las concepciones humanísticas entran en la Península a través de Aragón y que la corte castellana está cada vez más alejada de aquélla.

Sí se crearán círculos literarios y talleres de producción libresca que dependerán por entero de la curiosidad y diligencia de quien los promueva.

  1. Enrique de Villena (1384-1434)
  2. Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana (1398-1458)

El orden cultural de la realeza

Pocos reyes ha habido tan inhábiles en el ejercicio de la política y tan atentos a la promoción y traducción de obras como Juan II. Así lo describe Fernán Pérez de Guzmán en sus Generaciones y semblanzas:

Plaziale oyr los omes auisados e graçiosos e notaua mucho lo que dellos oya, sabia fablar [e] entender latin, leya muy bien, plazianle muchos libros e estorias, oya muy de grado los dizires rimados e conoçia los viçios dellos, auia grant plazer en oyr palabras alegres e bien apuntadas, e aun el mesmo las sabia bien dizir. Usaua mucho la caça e el monte e entendia bien toda la arte dello. Sabia del l´arte de la musica, cantaua e tañia bien, e aun en el justar e juegos de cañas se auia bien. Pero como quier que de todas estas graçias ouiese razonable parte, de aquellas que verdaderamente son virtudes e que a todo ome, e prinçipalmente a los reyes, son nesçesarias, fue muy defetuoso.

Aunque no hay que olvidar que contó con una cancillería gobernada por la familia Santa María y con un consejo formado por doctores y religiosos instruidos, a quienes encargó tratados de muy diferentes disciplinas.

  1. Pablo García de Santa María. Su producción vernácula está vinculada a sus cargos -Canciller Mayor y educador de Juan II-, de donde debe provenir su interés por la historiografía. Su obra más conocida es Las siete edades del mundo, compendio de historia universal y nacional en 339 estrofas de arte mayor y redactado en torno a 1418 - 1426. Hacia 1460 se realizó una refundición que va acompañada de una prolija glosa en prosa. Esta refundición prolonga el relato historiográfico original y añade una gran cantidad de retoques y correcciones al texto que, por lo general, no afectan a su contenido.
  2. Álvar García de Santa María, hermano del anterior, fue el encargado de continuar el registro de la crónica real, interrumpido a la muerte de Pero López de Ayala. Desempeñó esta tarea hasta 1434, año en el que -afirma Fernán Pérez de Guzmán en el prólogo a sus Generaciones y semblanzas- la estoria le fue tomada e pasada a otra manos e, segund las ambiçiones desordenadas que en este tienpo ay, razonablemente se deue temer que la coronica non este en aquella pureza e sinpliçidad que la el hordeno (...).
  3. Alfonso de Cartagena.
  4. Alfonso Fernández de Madrigal, el Tostado.
  5. Alfonso Martínez de Toledo.
  6. Diego de Valera

Enlaces externos:

  1. Las siete edades del mundo. Refundición de 1460 (en línea yPDF)
  2. Pablo García de Santa María en las Generaciones y semblanzas de Fernán Pérez de Guzmán.
  3. María Isabel Pérez de Tudela Velasco. La «dignidad» de la Caballería en el horizonte intelectual del s. XV.

Los tratados enciclopédicos

Sin alcanzar el desarrollo de la corte alfonsí, entre 1430 y 1450 se vuelve a promover por iniciativa regia este tipo de textos. Seguramente, el fruto más granado de este impulso sea la Visión deleytable del bachiller Alfonso de la Torre.

El desarrollo de la cuentística

Aunque este género va a quedar alejado de la literatura cortesana y de la ficción, esto no supone su decadencia ya que adquirirán una orientación básicamente religiosa, lo que propiciará la formación de colecciones y su pervivencia. Las principales compilaciones de este periodo son:

  1. Libro de los exemplos por a. b. c.
  2. El Espéculo de los legos.
  3. Los Exemplos muy notables.
  4. Los Hechos y dichos memorables de Valerio Máximo.

Los nuevos desarrollos de la ficción

La ficción necesita, ante todo, un público que se vea reflejado en ella. Por eso, la transformación de éste o el planteamiento de nuevos problemas hace que una obra se transforme (así ocurrió, por ejemplo, con el Zifar, en el que la concepción de la tercera parte es muy distinta a de la primera) o que los discursos narrativos cambien.

Hasta ahora, el amor ha jugado un papel importante en los textos medievales, pero no ha sido preponderante. En esta centuria el público de los romances exige que se le preste una atención mayor. Pero antes de que esto ocurra se debe crear la "realidad sentimental". Si tuviéramos que poner fechas a la "invención", serían la de los años 1428 a 1441 pues en ellos se compila el Cancionero de Baena, cuyo prólogo define al cortesano como poeta y amador, se redacta una tratadística que reflexiona sobre el amor y la importancia que se le debe conceder a las mujeres en este marco y se traduce y glosa textos relacionados con el tema.

Los tratados de amor y pedagogía

Antes de que el amor entre en la ficción hubo todo un entramado de reflexiones teóricas, surgidas en los claustros universitarios y posteriormente trasladadas a la corte. A ellos dedicamos este epígrafe.

Uno de los primeros cauces en la formación de la ideología sentimental es el Breviloquio de amor y de amiçiçia de Alfonso Fernández de Madrigal.

Tratado de cómo al hombre es necesario amar.

Tratado de amor atribuido a Juan de Mena.

La tradición literaria de la ficción sentimental

Junto a los tratados antes vistos, una serie de textos van creando un nuevo público que será el receptor perfecto de la ficción sentimental.

Señalemos, en primer lugar, el Cancionero de Baena, cuyo prólogo dibuja ya un cortesano nuevo. Éste, además de leer estorias y solazarse con los ocios de siempre, debe aprender y practicar un arte nuevo: la poetrya e gaya çiençia, reservado a quien sea de muy altas e sotiles inuençiones, e de muy eleuada e pura discreçion, e de muy sano e derecho juysio, e tal que aya visto e oydo e leydo muchos e diuerssos libros e escripturas e sepa de todos lenguajes, e avn que aya cursado cortes de rreyes e con grandes señores, e que aya visto e platicado muchos fechos del mundo, e, finalmente, que sea noble fydalgo e cortes e mesurado e gentil e graçioso e polido e donoso e que tenga miel e açucar e sal e ayre e donayre en su rrasonar, e otrosy que sea amador, e que siempre se preçie e se finja de ser enamorado; porque es opynion de muchos sabyos, que todo omme que sea enamorado, conuiene a saber, que ame a quien deue e como deue e donde deue, afirman e disen qu´el tal de todas buenas dotrinas es doctado. (Cancionero de Juan Alfonso de Baena. Edición crítica por José María Azaceta. Tomo I. Madrid, CSIC, 1966, pp. 14 y 15).

También era importante que las fábulas de la Antigüedad fueran vistas como algo útil y para ello interpretarlas de forma alegórica es fundamental. Aunque la técnica no es nueva (ya la usó Alfonso X), debemos reconocer que algo está pasando cuando, por la misma época, Enrique de Villena escribe Los doce trabajos de Hércules, se traduce por petición expresa de algún cortesano la Genealogiae deorum de Boccaccio o el Tostado redacta Las diez qüestiones vulgares.

Por último, se vierten al castellano obras que hagan público y que puedan servir de modelos para la nueva ficción. Pienso, por ejemplo, en la Fiammetta y su reverso el Corbaccio, ambas de Boccaccio, o la Confessio amantis de John Gower.

La definición de la mujer

La novela sentimental hará de la mujer su elemento central. Antes de que esto ocurra, una serie de textos examinarán las distintas facetas de la condición femenina. Los más importantes son:

  1. Libro de las claras e virtuosas mugeres de Álvaro de Luna.
  2. El Tratado en defensa de virtuosas mugeres de Diego de Valera.
  3. La obra de Juan Rodríguez del Padrón.

Enlace externo:

María del Pilar Rábade Obradó. El arquetipo femenino en los debates intelectuales del siglo XV castellano.

Las transformaciones de la materia caballeresca

Así como impulsó la tratadística sobre la mujer (y no olvidemos que fue autor de una de las obras más importantes del género: Libro de las claras e virtuosas mugeres), don Álvaro de Luna también promovió el desarrollo de la ideología caballeresca. Estas nuevas orientaciones llegan a la historiografía, que ahora se interesará por los modelos narrativos de la ficción; es decir, ya no se trata de que las crónicas recojan informaciones provenientes de géneros literarios, sino que adopta las técnicas propias del romance.

El más importante ejemplo de todo esto es la Crónica sarracina de Pedro de Corral.


Enrique IV (1454-1474)

El reinado de este monarca tampoco fue fácil. A los problemas que ya tuvo su padre con la nobleza y por causa de los validos, hay que añadir el de la cuestión sucesoria: ante las dudas sobre la paternidad de su hija Juana, se vio obligado a nombrar como sucesor a su hermano Alfonso, quien murió en 1468. Con este fallecimiento no se resuelve la cuestión ya que los partidarios del infante apoyarán ahora a Isabel, hermana del rey, quien será reconocida como heredera mediante el tratado de los Toros de Guisando. Sin embargo, su concepción de la monarquía hace que sus aliados la abandonen y pasen a defender la candidatura de su sobrina Juana. Finalmente, los tratados de Alcaçovas (1479) dejarán a Isabel como única pretendiente al trono y reina de Castilla, por la muerte de su hermano en 1474.

Tratadistas políticos

  1. Rodrigo Sánchez de Arévalo.
  2. Alfonso de Palencia.

Escritores religiosos

  1. Teresa de Cartagena.
  2. Diego Rodríguez de Almela.

La ficción sentimental

La Triste deleytación.

Los libros de viajes

Los viajes al extranjero no son raros bajo los Trastámaras. Recuérdese, por ejemplo, la Embajada a Tamorlán de Ruy González de Clavijo, a Alfonso de Cartagena, delegado español en el Concilio de Basilea entre 1434 y 1439, o a Diego de Valera, quien completara su formación caballeresca en diferentes cortes europeas.

Un nuevo nombre debemos añadir a esta lista de ilustres viajeros hispanos: Pero Tafur.


Los Reyes Católicos (1474-1504)

La novela sentimental

Los libros de caballerías

Los que tratan de hazañas de caballeros andantes, ficciones gustosas y artificiosas de mucho entretenimiento y poco provecho, como los libros de Amadís, de don Galaor, del Caballero de Febo y de los demás. Así define Sebastián de Cobarruvias en su Tesoro de la lengua castellana o española (1611) los libros de caballerías.

La historiografía

Según Robert B. Tate (Ensayos sobre la historiografía peninsular en el siglo XV. Madrid, Gredos, 1970, p. 209), (...) hay diversos factores que distinguen la historiografía de esta época con la de los reinados precedentes. En primer lugar, la Corona da muestras de un interés creciente por la historia, tanto en romance como en latín (...). En segundo lugar, se nombran historiadores que no son, como era costumbre, secretarios reales, sino personas cualificadas por haber recibido formación académica, preferiblemente en el extranjero. (...) En tercer lugar, se encarga a estos historiadores tanto la preparación de obras, principalmente en latín, como la traducción de las crónicas vernáculas a esta lengua. Todo esto apunta a un cambio de enfoque que puede ponerse en conexión con la práctica en otros países europeos. (...) Parece claro que los Reyes Católicos, particularmente Fernando, (...) deseaban publicar en el extranjero la historia de su país. Esperaban disipar de esta manera la leyenda de una España bárbara y acrecentar su propia reputación como monarcas ilustrados y cultos.

Hernando del Pulgar.

Antonio de Nebrija.

La Crónica incompleta de los Reyes Católicos.

Las colecciones de exempla

  1. El Isopete.
  2. Exemplario contra los engaños del mundo.

La reflexión sobre la nobleza

Ferrán Mexía.


Bibliografía general utilizada

AA.VV. La literatura en la época de Sancho IV (Actas del Congreso Internacional ..., Alcalá de Henares, 21-24 de febrero de 1994). Edición al cuidado de Carlos Alvar y José Manuel Lucía Megías. Alcalá de Henares, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alcalá, 1996.

DEYERMOND, Alan. La Edad Media (tomo I de Historia de la literatura española), Barcelona, Ariel, 1992.

GÓMEZ REDONDO, Fernando. Historia de la prosa medieval castellana. Tomo I, Madrid, Cátedra, 1998.

GÓMEZ REDONDO, Fernando. Historia de la prosa medieval castellana. Tomo II, Madrid, Cátedra, 1999.

GÓMEZ REDONDO, Fernando. Historia de la prosa medieval castellana. Tomo III, Madrid, Cátedra, 2002.

HARO CORTÉS, Marta. Los compendios de castigos del siglo XIII: Técnicas narrativas y contenido ético. Valencia, Universitat de València, 1995.

LÓPEZ ESTRADA, Francisco y LACARRA, María Jesús. Orígenes de la prosa, Madrid, Júcar, 1993.

RUBIO TOVAR, Joaquín. La prosa medieval, Madrid, Playor, 1982.

   
 
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