Las artes figurativas en Mesopotamia.
De Wikillerato
La escultura en Mesopotamia, lo mismo que en Egipto, es de carácter religioso, lo que explica que la evolución artística fuera prácticamente nula: sus formas estaban fijadas de antemano y los artistas – considerados meros artesanos- se atenían a la tradición y desconfiaban de las innovaciones. La escultura sumeria en bulto redondo representa figuras orantes- generalmente los soberanos- sentadas o de pie, con manos unidas bajo el pecho, cabeza rapada con grandes ojos, pecho descubierto y con falda de piel de oveja. Las estatuillas son pequeñas y de canon corto, desproporcionadas, hieráticas, de esquema geométrico y sujetas a la ley de frontalidad. Un buen ejemplo es el intendente Ebih-il de Mari.
En las tumbas reales de Ur han aparecido piezas muy notables: el estandarte de Ur (mosaico con incrustaciones de concha y nácar sobre lapislázuli, con dos caras, la de la guerra –un combate de carros- y la de la paz - un banquete real -y dos arpas adornadas con una cabeza de toro barbada y un macho cabrío, en oro y lapislázuli.. El relieve está sometido a convencionalismos. Las figuras se organizan en composiciones ordenadas, en registros horizontales superpuestos, sujetos a las limitaciones del marco. Ejemplos: la paleta de Narmer, las estelas conmemorativas, como la Estela de los buitres, de mediados tercer milenio, y los numerosos cilindros sellos - pequeño cilindro de piedra sobre el que se grababa en negativo un modelo decorativo que se podía imprimir haciéndolo rodar sobre arcilla blanda-.
En el periodo acadio destacan los relieves de las estelas de temas bélicos, como la estela de Naram-Sin, hacia el 2250, con una escena única dominada por la figura colosal del monarca divinizado y jerarquizado sometiendo a sus enemigos. En bulto redondo se conserva en bronce la cabeza de Naram-Sin – algunos piensan que es Sargón I- idealizado y con gran detallismo.
Al periodo neosumerio pertenecen las pequeñas esculturas exentas que representan a Gudea de Lagash, sentado o de pie, imberbe, con una túnica que deja un hombro descubierto y turbante circular. Son estatuas-bloque, de canon corto y composición cilíndrica, realizadas en diorita negra y que se adornan con inscripciones cuneiformes. Son importantes los relieves de la estela de Hammurabi, con la presentación del rey ante el dios Samash y el famoso Código.
La escultura asiria alcanza una gran perfección en los relieves. En ellos, distribuidos primero en grandes composiciones unitarias y más tarde en bandas superpuestas, aparecen representados los dioses y los reyes asirios en escenas de guerra y de grandes cacerías, con largas túnicas, musculatura poderosa y tendones acentuados, barbas largas y cabelleras con innumerables rizos. Estos bajorrelieves narrativos tienen un claro fin de propaganda real. Los animales se representan de forma muy naturalista y en movimiento. Los ejemplos más conocidos son las escenas de caza de Assurbanipal y la famosa Leona herida, del palacio de Nínive, que se conservan en el Museo Británico.
En escultura exenta destacan las esculturas de toros y leones alados que guardaban las puertas de los palacios asirios. Eran antropomorfos, con grandes barbas rizadas, y tenían cinco patas.
La pintura apenas alcanzó importancia en Mesopotamia, pero sí lo hizo la cerámica. Las primeras manifestaciones son las de la civilización de El Obeid, cerca de Ur, hechas a mano y decoradas en negro con motivos geométricos o animales muy estilizados.
En el periodo neobabilónico surgió un nuevo género artístico: la cerámica vidriada. Sobresale la Puerta de Istar en Babilonia, recubierta con figuras de animales –leones, grifos, toros.- orlados por rosetas. Influirá posteriormente en el arte persa.
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