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Libro del conde Lucanor

De Wikillerato

Si el resto de la producción de Don Juan Manuel nos ha llegado gracias a un único códice, el Libro del conde Lucanor se nos ha conservado en cinco manuscritos y tenemos sospechas de que existieron otros hoy perdidos porque la edición que hiciera Argote de Molina es muy diferente de la que conocemos.

La obra, que contiene dos tratados (Libro de los exemplos y Libro de los proverbios), posee tres estructuras:

  1. La general, que transmite el pensamiento religioso de su autor;
  2. la de cada libro. En ella vuelca el infante sus preocupaciones sociales, filosóficas y religiosas y
  3. la de cada exemplo, que siempre es la misma:

a) Introducción: El Conde Lucanor tiene un problema y le pide consejo a Patronio.

b) Núcleo: Patronio cuenta un cuento que se asemeja al problema planteado.

c) Aplicación: Patronio aconseja la manera adecuada de solucionar el problema, en relación con el cuento narrado.

d) Moraleja: Se termina con dos versos en los que el autor resume la enseñanza de la narración.


El hecho de que tres de los cinco manuscritos conservados no contengan el Libro de los proverbios puede indicar que el Conde Lucanor tuvo dos estadios compositivos:

  1. La colección de cincuenta ejemplos (el último se añadió con posterioridad).
  2. El texto tal como lo conocemos.

En esencia, se repite el esquema experimentado tanto en el Libro del cavallero et del escudero como en el Libro de los estados: un consejero irá resolviendo las cuestiones que un individuo le expone. En realidad, se trata de un manual centrado en la figura del consejero y en el valor que los consejos deben tener por sí mismos. Por ello, es más un libro sobre Patronio que sobre el conde Lucanor (1). Este interés por el consejero puede entenderse si no olvidamos que privados enemigos de don Juan Manuel le impidieron ocupar junto al joven rey el cargo de tutor al que se creía -por su linaje y sus conocimientos- destinado.

En el Libro de los exemplos, éstos presentan un orden coherente puesto que describen un proceso evolutivo. Su estructura es la siguiente:

Exemplos 1-10: análisis de la figura del privado.

Exemplos 11-20: relaciones entre consejero y aconsejado.

Exemplos 21-39: el conde no sólo es receptor pasivo de los consejos, sino que asimila las enseñanzas. Aquí desarrolla las funciones de Patronio

Exemplos 40-50: los aspectos de la existencia individual concreta irán siendo sustituidos por consideraciones de carácter principalmente espiritual.

Exemplo 51: su carácter es ambiguo ya que no aparece en todos los manuscritos. Posiblemente se escribiera con posterioridad al resto del tratado con la finalidad de dotarlo de un epílogo. Quizás debiera entenderse como una amonestación al monarca castellano, con quien Don Juan Manuel tuvo tantos conflictos.

Aunque el módulo expositivo de estos ejemplos procede del cuento prealfonsino, está claro que la cohesión de los elementos implicados en el juego narrativo los hace superiores a las manifestaciones anteriores del mismo género. Otros dos rasgos lo singularizan de las demás colecciones de exempla: una tendencia generalizadora y el que el autor aparezca como uno más de los personajes (algo parecido ocurre en el Libro de los estados, puesto que Julio dice ser amigo suyo y cuenta anécdotas del infante).

Las fuentes son la literatura castellana anterior a él, los relatos de origen evangélico, la literatura árabe e, incluso, la historia personal.

En el Libro de los proverbios, el infante tratará la misma materia que en el Libro de los exemplos, aunque de forma más oscura. Es probable que sus complicadas sentencias busquen en el destinatario una disciplina mental que vaya enriqueciendo su intelecto.

Germán Orduna cree que esta oscuridad no proviene de las tradiciones europeas (retóricas, trovadores), sino de los libros sapienciales de origen oriental.

Para Alan Deyermond, este nuevo estilo -tan diferente al de los ejemplos- pudiera reflejar la conciencia manuelina de que cada género tiene su lenguaje apropiado y el deseo del autor de dirigirse a un público distinto. Además, hace notar que la oscuridad de los proverbios no es siempre del mismo tipo, sino que se va pasando de una buscada dificultad estilística a una oscuridad casi mecánica por abuso del hipérbaton.



NOTA:

(1) GÓMEZ REDONDO, Fernando. Historia de la prosa medieval castellana, I. Madrid, Cátedra, 1998, p. 1160.

Enlaces externos:

  1. Libro del conde Lucanor (versión original)
  2. Libro del conde Lucanor (versión original).
  3. Libro del conde Lucanor (edición modernizada).
  4. Libro del conde Lucanor (edición modernizada).
  5. Mariano Baquero Goyanes. Perspectivismo en «El Conde Lucanor».
  6. Aldo Ruffinato Boccaccio y don Juan Manuel: el quehacer ficcional y las ideologías (descarga directa).
  7. María Verónica Serra. Condición femenina y orden sexual en el Libro de los enxiemplos del Conde Lucanor e de Patronio (La mujer - Eva y la mujer - María).


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