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Libro de los estados

De Wikillerato

El Libro de los estados se redactó entre 1327 y 1332.

Su argumento aparece ya en el capítulo II:

(...) Conpus este libro en manera de preguntas et respuestas que fazÍan entre sí un rey et un infante su fijo, et un cavallero que crió al infante et un philósofo. Et pus nonbre al rey, Morabán, e! al infante, Johas, et al cavallero, Turín, et [al] philósofo, Julio.

Y unas líneas después, su tesis:

(...) la salvación de las almas a de ser en ley e en estado.

Por lo que respecta a la estructura, es difícil de determinar por:

  1. La heterogeneidad de los materiales compositivos (posiblemente, el libro fuera ideado en un principio como un regimen principis al que después se le fue añadiendo nuevos materiales hasta conseguir una obra más amplia). De hecho, hay una evidente desigualdad en la ejecución de la obra, pues nos encontramos asuntos plenamente elaborados frente a otros sólo esbozados. Prueba de esto es, por ejemplo, el que en no pocas ocasiones Julio llame libro a lo que, desde su punto de vista, debe ser un diálogo.
  2. La desmañada capitulación, obra, quizá, de algún copista.

Lo único que parece cierto es que Don Juan Manuel dividió su obra en dos libros y que esta decisión la tomara sobre la marcha:

Señor infante -dixo Julio-, yo tenía que pues vós sodes en estado de lego, que vos cunplía asaz lo que vos avía dicho, mas pues queredes que vos fable en los estados de la clerezía, fazerlo he segund el mío entendimiento. Mas por[que] segund lo que es escripto fasta aquí, si todo lo que pertenesçe en los estados de la clerizía se scriviese en este libro et fuese todo uno, seríe muy grant libro, et tengo que, si por bien toviéredes, que sería mejor partirlo en dos partes: la primera, que fable en los estados de los legos, pues vós sodes lego, et la [segunda, que fable en la] fazienda de los estados de la clerizía. (Libro I, capítulo XCIX)

En cuanto a sus personajes, debemos notar que si bien hay diálogo a veces de hasta cuatro interlocutores, no existe la menor acción en toda la obra, pues sus actantes no tienen otro objeto que el de dar vida al pensamiento del autor. Además, carecen de desarrollo psicológico, no expresan mentalidades distintas y aun en sus preguntas y respuestas se ponen fácilmente de acuerdo para no entorpecer la línea de pensamiento.

Destaquemos como principales recursos estilísticos:

  1. Las constantes referencias a partes del texto ya redactadas, rasgo que debió aprender de la historiografía alfonsí.
  2. La inserción de frases coloquiales (proverbios sobre todo).
  3. Las pinceladas de humor, que debe ser una influencia de las artes praedicandi.
  4. El uso, aunque muy escaso, del exempla.

En lo que toca a las fuentes, es conocido que la más importante -pues le presta el marco narrativo- es el Barlaam e Josafat; sin embargo, hay diferencias:

  1. En la leyenda oriental, el joven príncipe desconoce la vejez, la enfermedad y la muerte, mientras que aquí ignora sólo la muerte, pues los otros dos símbolos no le hacen falta a Don Juan Manuel para conseguir despertar la curiosidad del joven príncipe y porque no encaja con la mentalidad del Infante la ignorancia del dolor.
  2. En la obra original, el flósofo y el ayo son la misma persona, hecho que va en contra de los usos medievales.



NOTA:

Cito por Don Juan Manuel. El libro de los estados. Edición de Ian R. Macpherson y Robert Brian Tate. Madrid, Castalia, 1991.

Enlaces externos:

  1. Libro de los estados.
  2. Miguel Vicente Pedraz. El imaginario corporal del Libro de los Estados. Representaciones somáticas de la sociedad y representaciones sociales del cuerpo en la obra política de Don Juan Manuel.


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